miércoles, 1 de abril de 2015

Uriel: Capítulo 4


Habían pasado cinco días desde que se había instalado en la casa de Sara y Nina. El ambiente de la casa era mejor de lo que podía desear; había vuelto a retomar algunas de sus costumbres: a menudo aprovechaba para leer después de las comidas y antes de acostarse.  Le encantaba todo lo que pudiese distraerle y meterle en su burbuja y, pese a lo complicado que podía llegar a ser, siempre conseguía algún libro nuevo.

-Uriel, Necesito que me hagas un favor.

Este levantó la vista unos instantes del papel para mirar a la cara a Sara. Prácticamente podría decirse que era su nueva madre. O, al menos, actuaba como tal.

-¿Podrías ir al pozo a por agua?

Uriel asintió con la cabeza y cogió un par de cántaros. Ya estaba acostumbrado a cargar con ellos, aunque, sólo pudiendo llevar uno en la cabeza le hacía más difícil mantener el equilibrio. Nina se le acercó dando saltitos.

-Uri, ¿puedo ir contigo? -él nunca entendió de dónde se sacó tanta confianza, pero tampoco llegó a importarle.

-Claro, vente.

Los dos salieron y se dirigieron al centro. Uriel caminaba con pesadez; los negrones casi habían desaparecido de su cuerpo, pero todavía le dolían al caminar. Además, con el peso tenía que ir arrastrando los pies y se le cansaban los brazos.

Hacía mucho calor, no había una sola nube en el cielo y, además, el poco aire que corría era caliente. Una ola de calor había llegado a la ciudad y parecía que era para quedarse. La cola del pozo era, por lo menos, tres veces más larga de lo habitual. Se acercaron para ver cuál era el problema: el pozo ya no tenía agua.

-¿Qué hacemos? -Nina parecía preocupada. Tal vez no había bebido lo suficiente.

-Habrá que buscar una solución.

Uriel trató de pensar. No quería ni debía mostrar su "habilidad" o "don", pero sin agua, la gente pronto comenzaría a enfermar y llegarían a morir. Contempló la tierra fangosa al final del túnel unos instantes. Después de mucho reflexionar, al fin tomó una decisión.

-¿Sabes, Nina? -la cogió en brazos y la subió al borde- Dicen que los pozos conceden deseos si les tiras una moneda. ¿Quieres probar?

-Pero si está seco...

-Entonces pediremos que se llene de agua -le dijo mientras rebuscaba en su bolsillo y le tendía una moneda. Uriel la arrimó más hacia el borde, asegurándose de que no pudiera caerse. Si lo hacía de manera disimulada, nadie se daría cuenta. O al menos, eso esperaba.

La niña arrojó la moneda al pozo y ambos escucharon cómo resonaba el impacto contra las rocas del fondo. Se quedaron unos segundos en silencio, esperando a que pasase algo.

-No ha servido de nada...

-¿Seguro? - Uriel cogió otra roca y la lanzó de nuevo. Al caer, se escuchó con claridad cómo se hundía en el agua.

-¿Qué...? -la niña tenía los ojos abiertos como platos.

-¿Ves? Yo nunca miento.

Cogieron el cubo que estaba atado a la polea y llenaron los cántaros. Uriel supuso que lo mejor sería irse de allí cuanto antes. La gente no tardaría en darse cuenta de que había sido un milagro. Sabía que iba a llamar mucho la atención y era justo lo contrario de lo que quería.

-Démonos prisa, Sara está esperándonos -le dijo para intentar apurar y ambos se fueron de allí.

Al rato llegaron a casa, dejaron el agua en la cocina y ambos se dirigieron al carro. Uriel necesitaba reflexionar y lo único que se le ocurría era volver a su "antigua casa". El contacto con el bosque era maravilloso y no había nada mejor que tumbarse tranquilamente y descansar, respirando paz.

Nina quiso acompañarle, pero tuvo que oponerse ello. Sabía que sería la última vez que estarían juntos, pero no podía ponerla en peligro. Ya había ido demasiado lejos y estarían esperándole fuese a donde fuese. No quería involucrarlas, pero sabía que no les harían nada si actuaba por su cuenta. Ni si quiera sabían realmente a qué se enfrentaban.

Uriel: Capítulo 5

-xXx-

Notas de Umiko: Llegamos hacia la parte final de la historia. Tal vez es algo precipitado; no lo sé. En su momento dejé la historia inconclusa y las imágenes que se me vienen a la mente no tienen nada que ver con las de entonces. Por eso prefiero terminarlo "rápido", para evitar estropear el conjunto. Espero que estéis disfrutándola tanto como yo escribiéndola en ese momento. Nos vemos n.n

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